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Durante el Ejercicio Fisico Tambien los Musculos Respiratorios se Fatigan. Nuevas Evidencias

15-01-2014  ¦  Biolaster

El aparato respiratorio tiene una amplia capacidad en relación a la demanda necesaria para conseguir el máximo transporte de Oxígeno y CO2 en personas sanas que se ejercitan a nivel del mar.

Sin embargo esta situación puede no aplicarse durante un ejercicio mantenido de alta intensidad, en la que el ejercicio puede superar la capacidad del sistema respiratorio. Las técnicas de estimulación nerviosa nos han aportado de forma objetiva la evidencia de que el diafragma y la musculatura abdominal son susceptibles de fatigarse con el ejercicio intenso y mantenido.

Durante el Ejercicio Fisico Tambien los Musculos Respiratorios se Fatigan. Nuevas Evidencias



Esta fatiga es debida a los elevados niveles de trabajo respiratorio, combinado con un aumento en la competición por el flujo sanguíneo con los músculos esqueléticos involucrados en el ejercicio.

Cuando los músculos respiratorios son prefatigados usando maniobras respiratorias voluntarias, el tiempo hasta el agotamiento durante el subsiguiente ejercicio disminuye.

Recientemente se ha publicado un estudio en el que Segizbaeva y Col. han tratado de caracterizar el patrón de la fatiga muscular inspiratoria y evaluar la resistencia a la fatiga de los músculos que participan en la respiración (diafragma, Intercostales Externos, esternocleidomastoideo y Escalenos.

En el estudio han participado 9 sujetos varones sanos y no entrenados.

Para ello, se grabó la actividad electromiográfica (EMG) del diafragma, intercostales externos, esternocleidomastoideo y escalenos durante una prueba progresiva de ciclismo hasta el agotamiento (carga de trabajo de 1,0 w/kg, con incrementos de 0,5 w/kg cada 5 minutos)

Se realizaron mediciones de la Presión inspiratoria máxima y de los cambios en el espectro de la potencia EMG antes y después del ejercicio. La presión inspiratoria máxima disminuyó aproximadamente un 8.1 % después del ejercicio en comparación con la del grupo de control (124,3 ± 8,5 vs 114,2 ± 8,9 cm H2O), mientras que la magnitud máxima de la actividad eléctrica integrada de los músculos diafragma, intercostales, esternocleidomastoideo y escalenos durante la maniobra de Müller (inspiración con la nariz tapada) después del ejercicio fue significativamente mayor en todos los sujetos comparándola con antes del ejercicio.

Se evaluó la extensión de la fatiga de los músculos inspiratorios mediante el análisis de un cambio en la frecuencia central del espectro de potencia del EMG. La fatiga inducida por el ejercicio en el diafragma fue observada en tres sujetos y la fatiga de los intercostales externos en otros dos, mientras que en 4 sujetos se pudo evidenciar una fatiga de ambos músculos. Todos los sujetos demostraron una reducción significativa en la fatiga del esternocleidomastoideo y la de los escalenos.

Los resultados indican que los primeros signos del proceso de fatiga pueden ser detectados en los músculos diafragma, intercostales, esternocleidomastoideo y escalenos durante el ejercicio hasta el agotamiento. La fatiga de los músculos, diafragma o intercostales se desarrolla de forma selectiva o conjunta durante el ejercicio intenso, dependiendo del patrón de reclutamiento de los músculos respiratorios. Los músculos inspiratorios accesorios del cuello son menos resistentes a la fatiga en comparación con los músculos diafragma e intercostales

En 2008 Romer y Col. a través de otro estudio ya indicaban que descargando parcialmente el trabajo respiratorio durante el ejercicio intenso, mediante la utilización de mezclas de gases de baja densidad o mediante ventilación mecánica, se puede prevenir la fatiga diafragmática inducida por el ejercicio y aumentar el tiempo de ejercicio hasta el agotamiento.

La consecuencia principal de la fatiga muscular respiratoria es un aumento de la vasoconstricción mediada por el sistema nervioso simpático, que afecta al flujo sanguíneo a los músculos esqueléticos activos a través de un reflejo metabólico mediado por la musculatura respiratoria, teniendo por resultado una disminución del flujo sanguíneo y aumentando la severidad de la fatiga de los músculos esqueléticos inducida por el ejercicio.

Así mismo, mostraron evidencias de que un aumento en la fatiga de los músculos esqueléticos puede jugar un papel esencial en la determinación de la tolerancia al ejercicio a través de un efecto directo en el desarrollo de fuerza muscular y un efecto feedback en la percepción de esfuerzo, dando lugar a una reducción del trabajo de los músculos activos.

El estudio de la fatiga de los MR es un fenómeno relativamente nuevo y que aún deja dudas por resolver, pero que sin embargo debe considerarse a la hora de planificar el entrenamiento en deportistas que utilizan altas intensidades relativas (~80 % del VO2max).

Las conclusiones que se pueden extraer son que la planificación del entrenamiento deportivo debería considerar que el sistema respiratorio es un limitante en el ejercicio físico, sobre todo en altas intensidades relativas.

Son necesarios más estudios que relacionen el entrenamiento de los músculos respiratorios con el deporte en sí y en sujetos con altos niveles de entrenamiento, así como también más información sobre el comportamiento del sistema respiratorio en actividades físicas con mayor intermitencia.

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