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Mal de Altura, ¿Cómo prevenirlo?

15-06-2022  ¦  Biolaster

La mala adaptación del ser humano a las altitudes extremas y la posterior aparición de patologías como el Mal Agudo de Montaña o Mal de Altura han suscitado interés científico para el estudio de la fisiología de la hipoxia y la altitud.

Mal de Altura, ¿Cómo prevenirlo?

Estudiar sobre la fisiología de la hipoxia y entrenamientos en estas condiciones es de gran interés para los científicos, residentes en altura, turistas, alpinistas y deportistas en general. Cualquier ascenso rápido puede causar el Mal de Altura. Esta enfermedad puede causar cefalea, anorexia, insomnio, apatía, sensación de fatiga, molestias digestivas, náuseas, mareos y vértigo.

La incidencia del Mal de Altura es variable aunque relativamente alta, ya que en altitudes por encima de los 4.000 metros afecta al 25-100% de los sujetos, según la rapidez de la ascensión y aclimatación previa. Parece que existe cierta susceptibilidad genética muy elevada, aunque aún no han quedado claros los mecanismos exactos que operan en ella. La sintomatología puede aparecer a las 6-12 horas después de la exposición a la altitud. El riesgo depende de la altura, velocidad de ascensión, anteriores exposiciones a grandes alturas y susceptibilidad individual. La prevalencia más alta se da en personas que viven a alturas inferiores a 500 metros. Por otra parte, si no se toman las medidas oportunas, el Mal de Altura puede derivar en dos estados fisiopatológicos que pueden poner en riesgo la vida del sujeto: Edema Pulmonar de Altura y Edema Cerebral de Altura. Como norma general cuanto menos aclimatado esté el individuo, los efectos neuropsicológicos serán más elevados, aumentando así el riesgo de sufrir un accidente en la montaña.

Para su prevención es habitual acudir a altitudes elevadas para tener una aclimatación previa, pero en España la orografía no permite realizar estancias por encima de los 3.000 metros de altitud con las condiciones adecuadas. Por ello, mucha gente decide automedicarse en la misma montaña ante los primeros síntomas de Mal de Altura sin tener en cuenta las posibles interacciones o los efectos adversos que pueden derivar. Por tanto, el Mal de Altura es uno de los riesgos más prevalentes que ocurren en la montaña.

Otra de las estrategias utilizadas cuya eficacia está siendo investigada es el preacondicionamiento con generadores de hipoxia, mediante exposiciones o entrenamientos de hipoxia nocturna o hipoxia intermitente. Por ello, estas exposiciones o entrenamientos con los generadores de hipoxia para la prevención del Mal de Altura suscitan interés en cualquier turista, persona que tiene que trabajar a altitudes elevadas y deportistas o alpinistas que tengan que desarrollas su actividad por encima de los 3.000 metros.