Cada vez que en el ciclismo se ha pretendido introducir alguna innovación, se han escuchado voces en contra diciendo que todo está inventado. Y si no es así ahí está la UCI para prohibirlo o los organizadores para no aceptarlo. Hasta hace bien poco las carreras ciclistas transcurrían sobre carreteras normales, mejor o peor asfaltadas, más o menos duras, y/o sobre el pavés de algunas carreras del norte. Pero, de repente, a los italianos se les ocurre crear una carrera en Toscana, la cuna del ciclismo italiano, aprovechando unas carreteras sin asfalto llamadas Strade Biancha, que la bautizan como Strade Biancha Montepaschi Eroica. Ya la primera edición fue un éxito y en sólo cuatro años ha logrado un palmarés que muchas carreras quisieran para sí.
La primera la ganó Alexandre Kolobnev, la segunda Fabian Cancellara, y Thomas Lovkivst, Maxim Iglinsky y Philippe Gilbert también figuran en su palmarés. El año pasado incluyeron algunos tramos en la séptima etapa, una de las más bonitas de toda la carrera, y la de hoy tampoco ha dejado indiferente a nadie. Ha ganado Peter Weening, un ciclista que con 24 años ganó una etapa en el Tour de Francia pero poco se ha sabido de él hasta hoy. Se ha visto la valentía de Níbali bajando las stradas bianchas y la fuerza de Scarponi en la subida final. De Contador sólo podemos decir que ha estado atento, al igual que Menchov y Kreuziger. Igor Anton algo más flojo, y Joaquín Rodríguez tampoco sobrado.
Los pocos kilómetros que han hecho sobre dichas carreteras han dejado más espectáculo que todos los realizados hasta ahora, demostrando que en el ciclismo no todo está inventado. Solo hay que abrir las puertas a la evolución. O a la involución. Pero en todo caso, tener la mente abierta.
Aupa Xabier
Después del trágico desenlace del corredor belga, son muchos los que “en caliente” se han sumado a las voces que piden “seguridad” para los ciclistas y “desverguenza” de los organizadores por meterles por recorridos tan peligrosos…(leña de árbol caído, nada más…)
La peligrosidad puede venir del recorrido: asfalto, rotondas, embudos, túneles sin señalizar, barrancos…Sin embargo, una gran vuelta o una clásica, no es un circuito cerrado. Los factores están ahí y al final, el que “apura” es o son los corredores. ¿Cuanto no gozamos cuando vemos a Samueles a Savoldelis, Olanos o a Induraines…ganando etapas y/o vueltas bajando? Desde luego que, cualquiera que pretenda ganar o recuperar tiempo en la bajada está jugandose la vida y es algo que se asume. La fatalidad está a la vuelta de la esquina. ¿Qué decir de las volatas?
Con esto, y centrándonos en el tema, si ayer, cualquiera de esas caídas (qué daño dar con los huesos en esas piedras blanquecinas con aristas como cuchillos…)hubiera provocado un fatal desenlace, hoy quizás, nos estaríamos cuestionando, si no, criticando, el porqué de la búsqueda de ese espectáculo al que estos últimos años está recurriendo el GIRO, con TOTAL éxito, convirtiéndolo en la mejor y más emocionante vuelta por etapas.
Mila esker.