Un problema conceptual

El culebrón Rohan Dennis ha concluido con el fichaje del australiano por parte del equipo Ineos. Sin poner en duda su potencial deportivo, seguro que las largas negociaciones han ido encaminadas a acordar y concretar meticulosamente su estatus y su roll en un equipo repleto de estrellas. Dennis siempre ha tenido un tratamiento de figura aunque, luego, no siempre ha sabido responder en su justa medida en la carretera ni fuera de ella. Un director de un equipo World Tour me aseguró que no quería a Rohan Dennis ni en pintura por mucho Campeón del Mundo de contrareloj que fuese. Tenerlo en el equipo, decía, podría suponerle introducir una bomba de relojería que podría hacer estallar toda la estructura desde el primer momento. Que, gracias, pero que no. Pese a que el tema de los fichajes no incumbía a ese director, es cierto que ese equipo no hizo llegar ninguna oferta al campeón mundial aunque otros muchos como el Trek-Segafredo, el Movistar, o el CCC se apresuraron a abrirle las puertas en cuanto logró su segundo entorchado mundial y algunos, incluso antes, desde el instante mismo de la espantada del Tour de Francia, que presagiaba que aquel asombroso episodio no podía tener otro final que el divorcio que se dio al poco tiempo. Es la segunda ocasión en la que el místico australiano rompe un contrato en vigor. La primera fue en 2014, cuando en pleno mes de agosto, abandonó el Garmin para recalar en el BMC. 

Rohan Dennis, doble Campeón del Mundo contrareloj

Ante esos antecedentes, seguro que el Ineos, equipo que destaca, entre otros muchos factores, por la gestión de personal, se ha cuidado mucho en precisar cuales serán sus funciones en cada carrera que vaya a correr. Según el propio interesado, sus principal objetivo del 2020 es la prueba contra el crono de los Juegos Olímpicos de Tokyo, y en cuanto a vueltas grandes, las tres cronos del Giro de Italia presentan un buena oportunidad para mezclar intereses personales  y la labor de equipo que está dispuesto a desempeñar en favor de algún compañero más fuerte de cara a la general. Lo que está claro es que el Ineos, polémicas al margen, se ha hecho con un corredor de muchos quilates, pero creo que, a la vez, supone un claro perjuicio para el ciclismo. 

No tengo absolutamente nada en contra del Ineos, pero lo tengo todo a favor del ciclismo, y en el caso particular que me ocupa veo ciertas incompatibilidades que me irritan porque creo que van directamente en contra de lo que me gustaría y debería ser este deporte. Sin ninguna necesidad para ello, el equipo británico ha fortalecido, aún más, lo que es la estructura más firme para las grandes vueltas, y esa concentración, en mi opinión excesiva, de estrellas bajo una misma firma, reducirá la competencia en la carretera. 

No soy de los que piensa que el desenlace final de una carrera está exclusivamente sujeto a la fortaleza de un grupo, es mucho más decisivo la capacidad de cada individuo y como, en mi opinión, bien dice Tom Dumoulin,  el Sky (ahora Ineos) no gana por ser el equipo más fuerte, si no por tener al corredor más fuerte. Por ello el fichaje de Dennis no será tan crucial en lo que respecta al ganador en un carrera determinada, pero si lo será en su desarrollo y eso está unido directamente al tipo de ciclismo que se podrá elaborar, que es lo preocupante. La modalidad de ciclismo que mejor ejecuta el Ineos (o cualquier otro equipo que se vea superior al resto) es la de control y remate, un monólogo al que el resto del pelotón asiste únicamente como espectador, impotente de escapar de ese monopolio. Con Dennis ese planteamiento está aún más garantizado.

Ineos contra el crono por equipos

Pero este mal que padece el ciclismo, no es un problema patentado por el equipo de Dave Brailsford, es algo que imitan todos los equipos cuando se encuentran en la misma situación. No podemos culpar de ello al equipo Ineos y exigirle una rectitud moral que nadie practica porque fichar a cualquier corredor, no constituye, faltaría más, ningún cargo grave, es más, lo sería no hacerlo. La responsabilidad total de que lo que está ocurriendo es exclusivamente de la UCI, más preocupada en la longitud de los calcetines de los corredores, que en adecuar y modernizar unas reglas de juego que pudieran garantizar una competencia más equivalente y promover así otras propuestas mucho más espectaculares. 

David Lappartient, presidente de la UCI

La UCI debe abandonar los problemas periféricos en los que está inmerso y afrontar con urgencia lo esencial, que es la única forma de parar esta sangría del capitalismo más salvaje. Debe, primero analizar, luego proponer los cambios, consensuarlos con todos los actores implicados y por último hacerlos cumplir en pos de una paridad que cada año está más distante.  

Si al fichaje de Rohan Dennis, finalmente se le añade la de Andrey Amador (todavía sin dilucidar) lo único que nos quedará es encender el televisor en los últimos kilómetros para ver unos pocos ataques. Todo lo anterior lo dictará la marcheta estranguladora del Ineos. Pero el problema, no nos equivoquemos, no es el Ineos, el problema es conceptual.

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