Buscando el camino de la victoria

En vista del éxito obtenido hay equipos que tendrán que buscarse la vida fuera del esprint. Ya no basta con contar con un buen esprinter, bien se llame Oscar Freire, Tyler Farrar o Danielle Bennati. De nada sirve afirmar que en el pasado han sido capaces de batir a hombres de la talla de Alessandro Petacchi, Mario Cipollini , Erik Zabel, Tom Boonen o Robbie McEwen. Si el esprinter en discordia no es Mark Cavendish no hay nada que hacer. La victoria no es más que un sueño, pura fantasía. El ciclista del Columbia está sembrando el pánico en el pelotón. Nadie es capaz de hacerle sombra, y en la medida que está creciendo su confianza está decreciendo la de sus rivales, que se sienten incapaces de lograr la victoria cuando se trata de enfrentarse a él.

Así las cosas, el Liquigas, el Quick-Step, el Milram, el Garmin o el Rabobank tendrán que cambiar de estrategia si quieren ganar algo en este Tour de Francia. Hasta ahora todos han creído en sus esprinters. En Bennati, en Boonen, en Ciolek, en Farrar y en Freire, pero ninguno de ellos ha podido cumplir los objetivos. Y no parece que lo vayan a lograr, porque Cavendish parece decidido a seguir hasta París y conseguir, cuando menos, la misma cantidad de victorias que Freddy Maertens en 1981: cinco. Aunque, por mucho que se empeñe, no logrará igualar al belga en el año 1976, cuando logró 8 victorias. Número, que por cierto, Eddy Merckx consiguió en dos ocasiones (1970 y 1974) y Charles Pellisier en 1930.

Por tanto creo que a los equipos mencionados, y a otros muchos, les iría mejor si intentarán crear escapadas en las que tuvieran cierta representación, porque a mayor número de escapados mayor posibilidad de escapar del control que ejerce el Columbia, que como se vio en la primera semana no es capaz de dominar al pelotón durante cuatro o cinco días consecutivos. De lo contrario seguirán tan tristes como hasta ahora, viendo como Mark Cavendish sigue alimentando su ya rico palmarés.