Lars Boom, la esperanza holandesa

Holanda espera con urgencia un corredor que represente a su ciclismo como se merece. Los tulipanes han escrito grandes gestas en la historia de este deporte, han tenido grandes corredores, equipos, carreras y patrocinadores, pero últimamente están sumergidos en una crisis de liderazgo de la cual les está costando salir más de lo esperado.

Si cogemos el Tour de Francia como referencia para analizar la salud del ciclismo de un país, los datos son elocuentes. Llevan ocho años sin que un corredor se haya clasificado entre los diez primeros. El último fue Michael Boogerd, que también logró un quinto puesto en 1998 pero nunca pudo realizar su sueño de pisar el podium. Hablando de podium, Holanda lleva19 años sin ver a un ciclista se su país en el cajón de Paris. El último fue Erik Breukink en 1990, otro juguete roto que nunca funcionó como se esperaba. Y muchos de los actuales profesionales holandeses no recuerdan quién fue el último compatriota que ganó el Tour, porque ya han pasado 29 años desde que lo hiciera Joop Zoetemelk.

Pese a no dar con esa joya que tanto esperan, la salud del ciclismo holandés no es mala. El Rabobank tiene seguramente la mejor cantera de toda Europa, pero les falta la guinda del pastel, que quizás haya llegado con Lars Boom. No creo que se le pueda pedir que gane un Tour de Francia. No es tan buen escalador como Robert Gesink, otra de las referencias de ese país, pero contrarrelojea mucho mejor. Ha sido Campeón del Mundo Sub-23 en esa especialidad y también Campeón del Mundo de ciclo-cross en todas las categorías.

En esta su primera temporada como corredor casi exclusivamente de carretera y del Pro Tour, ha ganado la Vuelta a Bélgica, y en la Vuelta a España está marcando el territorio del que se puede adueñar en no mucho tiempo. Contrarrelojea fenomenalmente, no sube mal puertos no excesivamente duros y tiene el olfato ganador de los grandes. Con esas credenciales apuesto que puede ser un gran especialista de vueltas pequeñas y grandes carreras de un día, como la Liege-Bastogne-Liege, la Amstedl Gold Race, el Tour de Lombardia o el Tour de Flandes.

El tiempo dirá si Boom puede desempeñar el papel de auténtico líder de un ciclismo que trata de recuperar el prestigio perdido a nivel internacional, pero los holandeses miran con optimismo al futuro a través de ese corredor que promete grandes cosas.

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