El Tour de Francia ya es sólo cosa de dos, de Alberto Contador y de Andy Schleck, primero y segundo el año pasado respectivamente. Detrás de ellos el abismo. Hay una larga lista de corredores que lucharán por una única plaza en el podium.
Los Alpes han decidido mucho más de lo que se esperaba, un dato más del cambio que esta sufriendo el ciclismo. Afortunadamente. Hace pocos años hubiéramos asistido a un espectáculo monocolor. El equipo del líder al comando y todos como ovejas sin capacidad más que para obedecer. Ahora no. Ahora las fuerzas están más igualadas, a nadie le asiste el poder de teledirigir la carrera. Ni tan siquiera a Contador, que trabajo ha tenido en atajar los ataques de Andy Schleck, sin duda el más valiente de todos. No sé cual de los dos está más fuerte, pero si se ha visto que Contador es más maduro que el luxemburgués. A Andy de nada le ha servido atacar sin cesar a Contador, que tampoco ha contra atacado. Quizás no podía, pero han tomado la mejor decisión para los dos: el acuerdo. Ahora han dejado fuera de juego a todos. El Tour es cosa de ellos.
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