El Tour de la duda

Al margen de la duda natural que siempre despierta una competición sobre su desenlace final, este Tour de Francia que comenzará en Niza, con solo una crono y cuatro finales en alto, origina otras dos que nacen de la misma fuente: la pandemia del Covid-19. No son pocos los que sospechan que la carrera no llegará a finalizar en París como esta previsto, sino que en cualquier punto del recorrido los casos del Covid-19 que se podrían conocer, podrían dar al traste con todo, aunque diría que son aún más quienes piensan que tal es el poder del Tour de Francia que ni la pandemia que ha puesto patas arriba a todo el mundo podrá detener la caravana antes de llegar a la capital francesa. 

Como eso es prácticamente algo imposible de predecir, me centraré más en las consecuencias que la pandemia puede originar en los protagonistas de la carrera, algo que ya se ha podido presenciar durante la pasada Dauphiné. Durante el confinamiento, y consultados sobre las consecuencias del mismo en los corredores, todos los entrenadores-fisiólogos coincidieron en una cosa: el parón por el confinamiento provocaría grandes variaciones en la regularidad y en el rendimiento debido a la falta de entrenamiento tanto de calidad como de cantidad. Nada más cierto como se pudo comprobar en la Dauphine, que por duro que fuera solo tuvo cinco días de competición y presentó toda una montaña rusa en el rendimiento de prácticamente todos los corredores que disputaron la general. Y en los que no también.

 

Thomas y Froome, no estarán en el Tour por bajo rendimiento

Robert Gesink estuvo inconmensurable en la primera etapa. A partir de ese día no fue capaz de realizar ningún trabajo en los puertos decisivos, algo para lo que, teóricamente, estaba preparado. Froome, cedió más de cinco minutos el primer día sin poder seguir a un pelotón de casi 60 unidades. En cambio al día siguiente, mucho más exigente por cierto, su rendimiento, sin ser bueno ni mucho menos, fue mejor y estuvo prácticamente con los mejores hasta el final. Pero incapaz de recuperar esos esfuerzos máximos en las tres jornadas siguiente perdió entre 15-33 minutos, una auténtica barbaridad tratándose de él. Su compañero Geraint Thomas, aunque algo más discreto en su debilidad, tampoco pudo disimular sus problemas de recuperación y fue cayendo día tras día hasta tocar fondo el último perdiendo casi 34 minutos. Fue el penúltimo de la etapa.  

Quintana se retiró de la Dauphine por problemas físicos

Pero la lista es larga, muy larga, porque Mikel Landa, Nairo Quintana, Pierre Rolland, Richie Porte, Adam Yates, Alejandro Valverde, Enric Mas, Rigoberto Uran, Julian Alaphilippe, y aunque en menor medida, Pogacar, Sivakov o Barguil también sufrieron una irregularidad poco deseable en una carrera de cinco días y a tan solo dos semanas de la gran cita. 

Ya  pronosticó Geraint Thomas que en la tercera semana habrá muchos desfallecimientos. No sería una novedad, pero este año parece que serán de más amplitud y más los corredores que los puedan sufrir. Si echamos una breve mirada al pasado más reciente, todos los años algún corredor que está disputando la general sufre algún desfallecimiento o merma en su rendimiento que le hace echar por la borda casi todo lo ganado. El año pasado Julian Alaphilippe pasó de ser líder a finalizar en 5ª posición; en 2018, Nairo Quintana perdió cinco puestos, lo mismos que Aru en 2017 cuando pasó del liderato al quinto puesto final. Mollema, segundo a tres días de finalizar la carrera, desapareció del top-10 en un abrir y cerrar de ojos,  una caída similar a la que sufrió Geraint Thomas en 2015 (del 4º al 15º), pero menor que Porte en 2014, que pasó de la noche a la mañana del segundo puesto hasta el 23º, aunque quizás el caso más llamativo fue el de Cadel Evans que en 2010  pasó de ser líder a perderse en el puesto 26º.

Los corredores siempre han tenido ciertos recelos con la recuperación y su rendimiento en el transcurrir de los días, una preocupación que este año se puede convertir en pesadilla por todos los cambios negativos que ha provocado el Covid-19. Esa incertidumbre provocará que las expectativas por lo que pueda ocurrir no desaparezcan hasta la última crono. Será el Tour de la duda. A disfrutar!!

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