La Vuelta a España ha desnudado al pelotón a las primeras de cambio. Y a algunos no les ha gustado la pinta con la que se han quedado. Denis Menchov, diría yo que esta totalmente fuera de la carrera y pensando en la próxima temporada. Decía el ruso que sus posibilidades en la Vuelta las analizaría en Andorra. No hace falta, ya sabe que no tiene nada que hacer. Allí, en Andorra, quizás decida dejar la carrera.
Frank Schleck había hablado con la boca muy abierta antes del inicio de la carrera. Ahora la abre para coger aire, porque ayer los ataques de Igor Antón, Joaquín Rodriguez y Vincenzo Nibali, los tres más fuertes, le hicieron un nudo en la garganta que casi lo ahogan. Tampoco creo que pueda cumplir con sus expectativas. Ni de lejos.
Tampoco Ezequiel Mosquera parece estar tan fresco como en años anteriores ni como en Burgos. Si su puesto final en la clasificación la tenía que basar en la montaña, ha comenzado mal. Parece que ha llegado algo pasado a su cita más importante.
Con este panorama se abren nuevas posibilidades para otros corredores, sobre todo para Joaquín Rodríguez e Igor Antón, que a priori, contaban con menos posibilidades que Vincenzo Nibali, que parece el más firme candidato a la victoria final.
Y otra de las verdades que destapó ayer el Xorret del Catí, y lo siento por los organizadores y los corredores, es que en comparación a las otras grandes es una vuelta menor.
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