De la semilla nace el árbol

Hemos hablado hasta la saciedad en la potencia que se ha convertido Australia en los últimos años. Motivos han dado. Jamás tantos corredores australianos habían conseguido tantos resultados destacados, ni ganados Campeonatos del Mundo e incluso el Tour de Francia. Nunca habían tenido una carrera como del Down Under y mucho menos un equipo del nivel del GreenEdge. Ninguno de los elogios que han recibido son gratuitos, todos merecidos.

Pero poco hemos reparado en los corredores británicos, tan poco asiduos a destacar en tropel. Siempre ha habido buenos corredores en las islas. Desde el malogrado Tom Simpson, pasando por los irlandeses Sean Kelly y Stefan Roche, o el escocés Robert Millar y el aún reciente Chris Boardman, siempre ha habido algún corredor destacado al otro lado del Canal de la Mancha. Todos ellos tenían un denominador común, todos tuvieron que emigrar a Francia para formarse como corredores.

Las cosas han cambiado de forma radical gracias, en parte, a la escuela de alto rendimiento de Manchester, de donde está saliendo la mayoría de buenos corredores. Aún no tienen una gran carrera de prestigio, pero por lo demás tienen más de un motivo que envidiar. Tienen en Bradley Wiggins a un corredor que aspira al podium del Tour de Francia. Mark Cavendish, actual Campeón del Mundo, es el rey de los esprints, y el Sky un equipo al que no pocos quieren imitar.

Pero sería un grave error cegarse con la luz de esas estrellas. El ciclismo británico es mucho más, es presente pero también es futuro. Lo demuestra este comienzo de temporada. Andrew Fenn ha demostrado en Mallorca, donde ha ganado dos etapas, que es un alumno aventajado de Cavendish. Tiene 21 años y todas las ganas de triunfar en este deporte. Adam Blythe, segundo en una etapa de Qatar detrás de Boonen, lleva con tan sólo 22 años tres años en la élite y aunque aún no haya ganado grandes cosas parece llamado a ello. Y la sorpresa ha saltado en el Tour del Mediterráneo. Un corredor desconocido, con un pasado en el Mountain Bike, llamado Jonathan Tiernan-Locke ha ganado la general final más dos etapas. Este corredor no es ningún niño, tiene 27 años, pero amén de lo visto en Francia aún está a tiempo de seguir progresando.

Aún hay más. Chris Froome (tiene nacionalidad británica), Geraint Thomas y Ben Swift seguro que logran destacarse y en ello ayudarán, Alex Dowsett, Jeremy Hunt, Peter Kennaugh o Luke Rowe, por citar solo algunos. Ninguno de ellos ha tenido necesidad de pasar las calamidades de sus antecesores, porque ahora el ciclismo británico cuenta con una infraestructura sólida que está recogiendo los frutos de la semilla sembrada.

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